“Todo aquello verdaderamente valioso nos incita al miedo a que se dañe, se pierda o se acabe. Esa vulnerabilidad de las cosas valiosas es hermosa, porque la vulnerabilidad es una marca de la existencia” (Simone Weil). La belleza de la ternura de Dios con nosotros no nos libera de nuestra debilidad. Nos permite comprender que somos importantes para Dios. Se convierte de este modo, en una debilidad abrazada, amada y, por tanto, salvada.
En este vídeo de felicitación de Navidad, los protagonistas desde su inocencia, preparan todo lo que está al alcance de su mano para garantizar la llegada del Niño Dios. Con este sencillo gesto y haciendo gala de su creatividad, apelan a nuestro corazón recordándonos lo importante que es amar y servir .