En la herida del costado es por donde entra la gracia para experimentar el amor y la victoria de Cristo. Una herida que todos tenemos y por la que se derrama una gracia desbordante.
Abrazar la cruz es hacer fecunda la vida.
En este nuevo curso, queremos vivir y testimoniar que “Es la hora del amor”: un amor que se manifiesta en la entrega, en la donación, en la cruz. Un amor que transforma, que sana y que abre caminos de esperanza para todos.
¡Arrancamos el nuevo curso!.