Queridísimos amigos:
“Es la hora del amor” manifestado en la carne débil de un Niño recién nacido. Toda la ternura que en nosotros despierta tanta necesidad vulnerable, la hemos experimentado en este primer trimestre sin habérsenos ahorrado ningún dolor, hasta la muerte, delante de todos. Hemos podido comprobar que al hacerse carne, Dios mismo nos ha abierto una alegría que sigue brillando en la noche más oscura. Vivamos en familia y con los amigos estos días de esperanza para todos los hombres.
¡Feliz Navidad!
Gabriel María García Serrano
