Nos preguntaba Antonio Guzmán en su intervención inaugural de las jornadas Talitha Qumi, «¿Tú confías en tí?» Y antes de casi poder pensar en la respuesta, él nos decía: «Dios sí».
Este sacerdote jienense afincado en la Alpujarra, nos recordaba cuántas veces nos agarramos a nuestras capacidades, nos dejamos vencer por los miedos, las inseguridades, las modas y no caemos en la cuenta de que «somos lo que Dios espera y quiere para el mundo».
Ante las múltiples propuestas que nos ofrece la vida cotidiana y que en tantas ocasiones nos hacen correr, sin saber muy bien hacia dónde, ni por qué, él nos llama a intentar responder a una pregunta, ¿»cuál es el bien por el que nuestro corazón vive»? Y para responderla, no podemos poner el corazón en «modo avión», sino que debemos seguir, dar pasos, caminar…porque «ahí es donde sucede la vida y donde encontraremos nuestra respuesta.»
Apelaba también a la importancia de vivir bien acompañado, sabiendo que «la compañía no es una meta, sino una guía» y a veces «la compañía no te quita el vértigo, pero te permite caminar».
Escuchándole y conociendo su vida y su historia, queda patente que «la vida no se nos da por azar, sino porque somos elegidos».
Talitha Qumi: un alegato a la vida, sin filtros, sin modas, sin miedos.
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