Uno de los días más especiales del curso es sin duda el de los hermanamientos.
Una iniciativa que pone de manifiesto que los niños y los jóvenes tienen su propia manera de ver, pensar y sentir. Es un día en el que no importan las diferencias, porque a pesar de ellas o gracias a ellas, somos capaces de sorprendernos, descubrir y divertirnos.
Los hermanamientos despiertan algo en nuestro interior que nos hace encontrarnos, mirarnos, reconocernos.
Ojalá no perdamos nunca la frescura de estos momentos y llevemos a término aquello que decía María Montessori, «la primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejándola libre para que se desarrolle.»