La escuela, un lugar de encuentro, diálogo y acogida
¿Qué situación límite vive alguien que se ve obligado a huir de su país? Muchas veces es la necesidad económica, otras el miedo a la persecución por alguna causa religiosa, política, militar, ideológica… sea cual sea esta, no podemos olvidar que quien se moviliza para salir de su comarca o cruza una frontera entrando en un país nuevo, es ante todo una persona.
Hacer ese ejercicio de empatía a través del cual nos ponemos en la piel de otro y tratamos de entender sus porqués, es lo que han trabajado algunos alumnos del Colegio San Ignacio de Loyola y el Liceo Marconi de Pesaro. Dos centros que colaboran en diferentes proyectos internacionales de marcado carácter social y artístico y que recientemente han sido galardonados con el primer premio del concurso, Europa comienza en Lampedusa, a través de su creación “Anchor of Hope”.
Durante cuatro días de convivencia y encuentros con diferentes profesionales, los jóvenes han reflexionado sobre la realidad de la migración a través de las diferentes experiencias compartidas y la presentación de algunos proyectos, como por ejemplo la casa de acogida Fratelli Tutti en Torrelodones, para jóvenes socialmente desfavorecidos, que nace desde la sensibilidad del titular y algunos docentes del centro de Formación Profesional San Ignacio y cuenta con el respaldo de Alfredo García-Plata alcalde del Ayuntamiento de Torrelodones, que compartió un precioso encuentro el pasado 30 de junio, con los voluntarios que colaborarán en el proyecto y los alumnos del San Ignacio y Liceo Marconi de Pesaro. Además y a lo largo de cuatro días, los jóvenes han mantenido otros encuentros con distintos profesionales que a lo largo de su vida han mantenido una relación estrecha con la migración. El periodista radiofónico Fernando de Haro, Director de La Tarde de Cope; Pablo García, fotógrafo oficial de la selección española y reportero en un barco de rescate en el Mediterráneo; Cinzia Fenu de la ONG Diaconia España, una entidad de origen protestante dedicada a la acción social que trabaja con las personas más vulnerables, facilitando su integración social.
Todos ellos en su diálogo con los jóvenes, apelaban a la necesidad de acoger, respetar, aprender a mirar al otro y sobre todo comprender lo que se está viendo cuando la realidad frente a la que nos ponemos es diferente a la nuestra. Si no haces la conexión entre lo que estás viendo y tú mismo, no comprendes- les decía de Haro.
En unos meses, los jóvenes del Colegio San Ignacio viajarán a Pesaro para seguir trabajando con sus colegas italianos la realidad migratoria y otros proyectos de marcado carácter artístico.