El desarrollo integral infantil incluye no solo el trabajo sobre aspectos físicos, cognitivos o sociales sino también sobre aspectos emocionales.
Daniel Goleman allá por los años 70-80 definía la inteligencia emocional como la capacidad para darnos cuenta de nuestras emociones y las de los demás y poder expresarlas y regularlas correctamente. Esta competencia es fundamental para poder desarrollar habilidades como la empatía y poder establecer relaciones sociales correctas y satisfactorias.
El desarrollo emocional y afectivo en el niño, supone la construcción de su identidad, su autoestima, la adquisición de seguridad y confianza en sí mismo y en el mundo que le rodea, a través de las interacciones que establece con las personas significativas de su entorno. Este aprendizaje emocional requiere todo un proceso de identificación, manejo, expresión y regulación de sus emociones en el que intervienen tanto aspectos conscientes como inconscientes. El autoconocimiento, el autocontrol y la conciencia social son algunos de los aspectos más importantes que se trabajan en la etapa 0-6 y para ello se utilizan diferentes recursos y metodologías que facilitan este trabajo: el cuaderno de las emociones, el aula sensorial o el aula experimental son algunos de los que el Colegio San Ignacio promueve en esta etapa.